martes, 12 de junio de 2012

NOTICIAS TIC

España no se encuentra

Con Fernando Torres como síntoma, España no despegó en Gdansk como hace cuatro años en Viena. Más bien, estuvo a la altura del equipo que partió tieso ante Suiza en la cita mundialista de Sudáfrica. A diferencia de entonces, esta vez logró rescatar un punto ante Italia, que, con su nuevo formato, mucho menos represivo que el tradicional, negó al campeón del mundo durante el primer tiempo, en el que Casillas tuvo más protagonismo que Buffon. Luego, con España mejorada, se quedó vencida a los pies de Torres, que todavía no ha vuelto. En el mejor momento del equipo, con las bienaventuranzas de Iniesta, El Niño se citó tres veces sin éxito con el meta italiano. Nada que ver con su precisión de cirujano frente a Lehman en la final de 2008. La selección, como Torres, está por llegar.

Nadal sube al séptimo cielo

Rafa Nadal ya es el rey indiscutible de Roland Garros. El español ha ganado su séptimo título en la arena parisina, en la final ante Djokovic, y desbanca así al sueco Bjorn Borg. Nadie en la historia tiene más coronas en Roland Garros.
Es la vida en ocho juegos. Cuando Nadal y el serbio Novak Djokovic vuelven a la pista (6-4, 6-3, 2-6 y 1-2 tras la suspensión por lluvia del domingo), la Copa de Roland Garros espera al campeón que dome un partido lleno de truenos. Los dos rivales se pasan la mañana mirando al cielo. Nadal busca al sol que seque el albero y las pelotas, para que la bola vuelva a coger sus efectos. Djokovic busca las nubes y la lluvia, que la pelota viaje a la altura de su cintura, donde él gobierna. Al inicio del partido, no ocurre ninguna de las dos cosas. Hay nubes pero no llueve. Esas circunstancias de juego y una mentalidad de acero coronan 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 al mallorquín, que recupera el terreno perdido nada más volver a la pista (hace break después de que un golpe suyo toque la red y le favorezca para el 2-2) y ya nunca mira atrás ni vuelve a sentir la lluvia, que vuelve en el 5-4. Tras dos días de pelea y por séptima vez, más que nadie, París vuelve a ser suyo.

Nadie ganará el Mundial en la séptima carrera pero algunos ya comienzan a perderlo”

El fin de semana se le terminó torciendo en Montreal a Ferrari y a Fernando Alonso, su principal apuesta de cara a recuperar la corona que se le resiste desde 2007. El viernes y el sábado, durante las sesiones de ensayos, tanto las libres como la cronometrada, el F2012 fue uno de los prototipos más consistentes y rápidos, confirmando aquello que comenzó a adivinarse en Montmeló, la primera cita europea del calendario: que la Scuderia ha encontrado una línea de desarrollo del bólido rojo con mucho recorrido por delante. La carrera, no obstante, evidenció que los técnicos de la marca de Maranello metieron la pata con la estrategia, al dejar al español en la pista hasta que las gomas de su coche terminaron por desplomarse. Alonso arrancó el tercero, lideró la prueba, circuló el segundo la mayor parte del tiempo y al final cruzó la meta el quinto, superado sin remedio por Hamilton, Grosjean, Pérez y Vettel. El alemán circulaba detrás de él y tuvo tiempo de meterse en el taller una segunda vez para colocar un juego de gomas nuevo (vuelta 63), volver a salir a la pista y adelantarle en la penúltima vuelta.




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