Don Ramón: Ay señor Barriga!, es que cuando el hambre aprieta, la vergüenza afloja. ¿Sabe usted lo que traigo desde anoche en el estómago?
Quico: Una patada de burro!
Chavo: No es cierto, yo no le di ninguna patada a tu juguete...
Doña Florinda: ¿Entonces dónde diablos quedo ese platillo volador?
Don Ramón: En la chilla!; le doy mi palabra de honor que esta vez si estoy en la quinta chilla, Señor Barriga.
Sr. Barriga: Siempre dice lo mismo!. Además, dice que desde anoche no trae más que un plato de frijoles en el estómago. ¿Pero sabe lo que traigo yo?
Chavo: Un niño!. De veras... se lo llevo un niño que iba pasando por aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario